Mirar al futuro o perpetuarnos en el pasado, la lógica de una congresista estadounidense
Para la líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, existe entre Washington y La Habana oportunidad de intercambio comercial que puede ser de beneficio mutuo.
Pero a su juicio la alternativa es “mirar al futuro o perpetuarnos en el pasado” en franca alusión a la política –considerada fallida por el propio presidente Barack Obama- de bloqueo y aislamiento contra la isla caribeña por más de medio siglo y las decisiones que deberá tomar el Congreso de Estados Unidos sobre la normalización de las relaciones con La Habana, la cual pasa por la rectificación de esa conducta.
Pelosi, junto a otros congresistas, ofreció una conferencia de prensa a su llegada a Estados Unidos, tras una breve visita a Cuba en la cual destacó el interés de ambas naciones por lograr un acercamiento.
En la propia capital cubana Pelosi dijo creer que existe “fuerte apoyo bipartidista en el Congreso de Estados Unidos para levantar el embargo y creo que esto abriría las puertas a muchos más avances en este tema”.
Sobre tales objetivos se pretende avanzar este 27 de febrero, en la segunda ronda de conversaciones Cuba-EE.UU. con sede en el Departamento de Estado en Washington, dirigida a evaluar la reapertura de embajadas, incluyendo las funciones de los diplomáticos.
Un comunicado de la entidad estadounidense colocado en su página web señala que la secretaria de Estado Adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental, Roberta S. Jacobson, presidirá el encuentro por el país norteño y por Cuba lo hará Josefina Vidal, directora general para Estados Unidos de la Cancillería.
Este diálogo -precisa el texto- da seguimiento al iniciado el 22 de enero en La Habana, Cuba, y constituyen “un paso clave en la implementación de la nueva dirección en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba” anunciadas por los presidentes Barack Obama y Raúl Castro, respectivamente, el 17 de diciembre de 2014.
Para la también congresista demócrata, Rosa DeLauro, pudiera prosperar en la Cámara de Representantes un proyecto de ley para levantar el bloqueo comercial a la nación isleña. A su juicio ese voto podría ganarse.
AL respecto, recientemente Josefina Vidal aclaró que las medidas anunciadas por Washington no ponen fin al bloqueo. Sencillamente, explicó, Obama hizo uso de sus prerrogativas ejecutivas para modificar algunos aspectos de esa política y en tal sentido ordenó y luego los Departamentos del Tesoro y Comercio para expandir los viajes a Cuba, expandir también la posibilidad del envío de remesas y permitir algunas operaciones comerciales, todavía de carácter limitado, en esferas como las telecomunicaciones.
Precisó que en el 1996 se aprobó la Ley Helms-Burton, la cual codificó el bloqueo y a partir de entonces el Presidente por sí mismo no podía poner fin a esa política, que en lo adelante correspondería al Congreso de Estados Unidos.
Vidal valoró la importancia de que la propia Helms-Burton, “en un acápite posterior a la codificación del bloqueo, dejó claramente establecido que esto no priva al Presidente de sus prerrogativas ejecutivas para, mediante un procedimiento que se llama licencias, autorizar la inmensa mayoría de las cosas relacionadas con el bloqueo”.
Más adelante precisó que el Presidente no puede modificar determinadas cuestiones, porque están prohibidas por ley, pero puede autorizar, mediante licencias a través de los departamentos del Tesoro y de Comercio, otras transacciones, que incluyen comercio, servicios y transportación.
El Congreso deberá pronunciarse –ejemplificó- sobre asuntos como el turismo de norteamericanos hacia Cuba, prohibido desde el año 2000 por la Ley de Reforma a las sanciones comerciales aprobada por el Congreso, que por una parte impide que los norteamericanos viajen libremente a Cuba y por la otra contradictoriamente permitió ventas limitadas de alimentos y productos agrícolas a Cuba.
Para La Habana, la política de sanciones unilaterales constituye el principal obstáculo para la normalización de los vínculos entre los dos países además de que Washington mantiene en la lista de países que auspician el terrorismo a la nación caribeña desde 1982, relación calificada de espuria por las autoridades de la nación caribeña.