Habilitaciones: hablar de arte y de habanos

A propósito de una nueva versión del Festival del Habano (febrero de 2015), los expertos destacan a las habilitaciones como uno de los más remarcados símbolos de estos puros artesanales, sin lugar a dudas arte.Belleza, historia, tradiciones y otros muchos elementos lo destilan las pequeñas figuritas que engalanan los envases de los puros cubanos más emblemáticos.
El tabaco cubano constituye todo un símbolo de tradiciones y producciones familiares, a partir de una red indispensable que aglutina tanto a agricultores de la hoja, productores en fábricas y expertos, o comerciantes.
Se trata de un sistema que cada día cobra más auge, y el atractivo entre turistas tiene muchas aristas que tienen su punto más elevado en la realización del Festival del Habano en febrero de cada año.
Entre esas aristas significativas, el arte tiene un impacto determinado en personas interesadas en la cultura de los países, en su historia, pues tales elementos destilan la trayectoria de una industria que mucho representa al cubano, tanto a las celebridades, como al lugareño promedio.
De ahí que la vitolfilía acapare muchas piezas de gran valor, en una travesía desde el antes hasta el presente, que puede ser leída con la compra de cada puro, o con el lote preferido de los aficionados a los habanos.
LA INDISPENSABLE CULTURA ALREDEDOR DE LOS HABANOS
En tan lejana fecha como 1822 el arte litográfico acompañó al tabaco cubano en un engarce que seguiría hasta el presente. El francés Santiago Lessieur inauguró en La Habana un pequeño taller que daría origen a esas decoraciones, una especie de sastre para los puros de la Isla.
Sin embargo, el desarrollo verdadero de la litografía tabacalera apareció en 1840 con dos talleres europeos simultáneos, equipados de la mejor manera posible y con el concurso de los más significativos artesanos del momento.
Quedaron para la historia como las imprentas La de los españoles y La de los franceses, comenta la investigadora cubana Zoila Lapique. Estudiosa y conocedora a fondo de estos detalles gráficos, la especialista recuerda en sus artículos sobre el tema que las tintas, los equipos y las famosísimas piedras litográficas provenían de Europa.
Las habilitaciones constituyen el conjunto de etiquetas de distintas formas, tamaños y usos para decorar los envases de tabaco, y su gran impacto de color provendría de los años 80 del siglo XIX.
De hecho, los estilos de presentación de los habanos consideran seis formas fundamentales: con anilla, sin anilla, envuelto en cedro, tubo de aluminio, envuelto en papel Tisú y envuelto en Celofán.
A ello se suman distintos tipos de envases como caja habilitada, Semi boite nature o SBN, Caja de corredera o SLB, Cabinet boite nature, tipo 8-9-8, mazos, envases pequeños y especialidades.
Y todo ese engalanado se sintetiza, en el caso de las cajas habilitadas sobre todo, en algunos pasos de suma relevancia como la Cubierta, o la imagen que brota sobre la parte superior de la caja, el Tapaclavo, que como su nombre lo indica es una colocación sobre el clavo que asegura la tapa.
El muy conocido Filete es una franja decorativa que sella las uniones de la caja y el Costero, es otra franja, pero en este caso de colores vivos sobre los extremos más cortos del envase.
Por su parte, La Papeleta es un sello rectangular u oval para el lado más corto de la caja y el Larguero cubre los costados más largos como su misma palabra identifica.
Los dos últimos elementos de la habilitación son La Vista y el Bofetón, el primero celebra la marca y va en el interior de la tapa principal, sobre todo con mucho dorado en sus dibujos y por lo general lleva medallas obtenidas por la marca o antiguos escudos. El segundo es una fina hoja de papel para proteger el tabaco y va en el interior de la caja y por lo general va decorada para complementar la ilustración de la Vista.
La anilla, por tanto es la expresión decorativa por antonomasia del puro, que circula su parte superior con vivos colores e identificativa de la vitola. Para los coleccionistas Vitola es la anilla, aunque esa palabra se reserva para el tamaño o tipo de tabaco en sí. De ahí el nombre de Vitolfilia otorgado al arte de coleccionar anillas de tabaco.
La caja también lleva grabado los Hierros, con datos que determinan la procedencia del tabaco, por ejemplo Hecho en Cuba y claves que identifican la fecha en que fuera fabricada la caja y su contenido. Y complementa el vestuario el Sello de Garantía.
La tradición litográfica cubana otorgó por tanto al tabaco de la Isla una belleza muy particular, un ropaje único que identifica cada marca y vitolario, que incluso repleta los sueños del fumador, además de humo con arte.