Escuela cubana de ballet resplandece en libro de fotos

alina
10 November 2014 10:44am
Escuela cubana de ballet resplandece en libro de fotos

Al maestro Fernando Alonso, padre de la escuela cubana de ballet, le deleitó siempre la sensualidad con que se movían los bailarines de su tierra. Con una vastísima experiencia internacional, Alonso nunca dejó de aludir a esa cualidad como distintiva de la danza en Cuba. Al maestro le hubiera encantado disfrutar de un testimonio irrefutable de esta característica como el libro de fotografías Habana sensual, presentado en el Museo Nacional de la Danza a propósito del recién concluido Festival Internacional de Ballet de La Habana.

En primer lugar, muchos de los modelos fueron sus alumnos y en segundo, algunas de las cualidades que sitúan a la escuela de esta islita caribeña en una posición destacada a nivel mundial emergen en las imágenes de Gabriel Dávalos, quien revela mediante la danza lo esencial de una ciudad; pues el periodista aprovechó además la fotografía para elaborar una crónica social de la capital.

   Durante la abarrotada presentación del libro, el director del museo, Pedro Simón, calificó algunas imágenes como verdaderos logros de los bailarines y el fotógrafo, además ponderó el altísimo nivel artístico y testimonial de la obra. Dávalos empleó calles y rincones de La Habana como escenario donde bailarinas y bailarines exhiben con naturalidad y desenfado sus talentos.

   El creador trabajó con aprendices de la danza, al igual que con profesionales, varios de ellos solistas, bailarines principales y primeras figuras de compañías como el Ballet Nacional de Cuba, el American Ballet Theatre, de Estados Unidos; el English National Ballet, de Gran Bretaña; y otros conjuntos foráneos.

   Viengsay Valdés, Amaya Rodríguez, Osiel Gouneod, Serafín Castro, Xiomara Reyes, Alejandro Virelles, Ariannis Martín y Grettel Morejón, son algunos de los nombres que sobresalen en las páginas junto a viñetas escritas por Dávalos con inquietudes propias de su generación.
   “En Cuba, a la banda que antecede a las altas presiones continentales, le llaman frente frío; en la calle, la gente sencilla le dice “norte”. El Norte, entre cubanos, es una ruta polémica: el enemigo o la salvación. En el invierno cubano, cuando llega un norte, el mar rompe contra el Malecón; unos se enorgullecen porque no hay Norte que pueda con ese muro; y otros nostálgicos, saben que no hay muro que frene sus sueños. A veces nadie recuerda que desde hace siglos existen nortes y muros, como deseos de ida, pero también de vuelta. Pocas veces, entre cubanos, se cuentan las historias de aquellos –no pocos- que vuelven, como los nortes, quizás extrañando su muro”, reza una de las meditaciones.

   El fotógrafo está convencido de que no existe otro lugar en el mundo donde la danza y la ciudad tengan tanta relación como en La Habana y, por tanto, la fotografía le parece lenguaje ideal para describir la metrópoli. De hecho, muchos ambientes de la capital parecen haber conspirado en ciertas imágenes, pero resulta imposible planificar las olas del Malecón, la fuerza de los vientos y la disposición de diseños arquitectónicos de siglos pasados.

   “La Habana activa emociones y sensaciones, aquí la danza tiene que ver con la idiosincrasia y la forma de vida de la gente, el ballet cubano es espejo de los habitantes de esta urbe”, aseguró Dávalos a Excelencias.

   Un conjunto de reflexiones publicadas por este periodista en su página profesional de la red social Facebook acompañan a algunas imágenes de las 60 compiladas en este primer libro de fotos de ballet, gracias a la producción del sello Artex, aunque el autor confesó que tiene material para muchos más.

   Un gran número de personas tuvieron que marcharse sin la obra porque los 100 ejemplares comercializados por la empresa luego de la presentación se vendieron en pocos minutos. Ahora, solo resta acercarse a las tiendas de Artex o al perfil de Dávalos en la red social Facebook,www.facebook.com/gabriel.davalos.fotografo, donde cientos de usuarios comentan sobre la poética de sus imágenes, el virtuosismo de los artistas y el encanto de una ciudad con pocos tintes de modernidad, múltiples fracturas y, amén de todo, sensual.

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