Laguna Larga: Un respiro para la biodiversidad en el corazón turístico de Cuba

En el mayor embalse natural de la cayería norte de la región central de Cuba, las constantes labores de mantenimiento al amplificador de oleaje han dado un nuevo impulso a los indicadores medioambientales. Este esfuerzo, sumado a la aplicación del innovador Sistema de Renovación de Agua de Lagunas Costeras (Realco), ha marcado un antes y un después en la preservación de Laguna Larga, en Cayo Coco, único proyecto de su tipo en la Isla.
Desde hace algún tiempo, el Realco ha demostrado su eficacia al acelerar el intercambio natural de agua entre la laguna y el mar, un proceso que antes dependía exclusivamente de los ciclos naturales.
Janet Quiñones, delegada del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma) en Ciego de Ávila, detalló a Prensa Latina que la Empresa Constructora de Obras del Turismo Cayo Coco lleva a cabo la limpieza de sedimentos en el canal artificial que conecta el embalse con el océano, garantizando así el flujo adecuado y la conservación de la infraestructura.
Además, equipos del Centro de Ingeniería Ambiental y Biodiversidad trabajan en la rehabilitación de la vegetación circundante, eliminando especies invasoras que obstruían el paso del agua hacia la laguna. Estos esfuerzos no solo mejoran la salud del ecosistema, sino que también benefician directamente al polo turístico de Jardines del Rey, donde Laguna Larga se extiende a lo largo de tres kilómetros.
Ubicada en una zona clave para el desarrollo turístico, la laguna bordea hoteles como el Muthu Colonial, Iberostar Mojito y Tryp Cayo Coco, siendo este último el más favorecido, ya que su lobby se encuentra justo sobre el reservorio. El proyecto, desarrollado originalmente por expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México y transferido tecnológicamente a Cuba, opera en armonía con la naturaleza. Mediante un sistema de compuertas, regula el flujo de agua, previniendo inundaciones y aprovechando la energía de las olas para filtrar impurezas de las playas aledañas.
Inscrita dentro del programa Tarea Vida, la estrategia cubana para combatir el cambio climático, esta iniciativa no solo optimiza las condiciones químicas y bacteriológicas de la laguna, sino que también revitaliza la biodiversidad local, convirtiéndose en un modelo de sostenibilidad para otras regiones del país.