El Museo Nacional de la Música en Cuba cumple 54 años

En el corazón de La Habana Vieja, en una majestuosa mansión de principios del siglo XX se erige uno de los guardianes más importantes del patrimonio musical de Cuba: el Museo Nacional de la Música. Este emblemático recinto, que hoy celebra su 54 aniversario, es mucho más que una simple galería de arte; es un templo consagrado a la memoria sonora de la nación.
Para conmemorar esta significativa fecha, se organizó una conferencia titulada «Identidad de un museo», que fue impartida por el museólogo y subdirector técnico del museo, Osmani Ibarra. El encuentro ofreció a los asistentes una visión profunda sobre la trayectoria de esta institución a lo largo de más de cinco décadas.
El Museo Nacional de la Música ofrece a sus visitantes un viaje a través del tiempo, permitiendo recorrer la evolución del arte musical en Cuba desde el siglo XVI hasta el siglo XX. Su sede, una imponente mansión construida en 1905, fue inicialmente la residencia de un acaudalado comerciante criollo. Con el paso de los años, el inmueble fue hogar de varias familias aristocráticas cubanas, hasta que en 1936 fue adquirido por el gobierno de la época para instalar la Secretaría de Estado.
El edificio, que hoy acoge las colecciones del museo, es una joya arquitectónica que destaca por su fachada de sillería con columnas robustas, inspirada en el renacimiento italiano. El interior, fiel al estilo ecléctico de principios del siglo XX, mantiene una combinación de elementos decorativos que reflejan la sobriedad y elegancia propias de una de las mejores residencias habaneras de la época. En 1981, la mansión fue objeto de una restauración que le devolvió su esplendor original y, a partir de ese momento, comenzó a funcionar como el Museo Nacional de la Música.
El museo ha crecido a lo largo de los años, tanto en importancia como en la riqueza de sus colecciones, las cuales incluyen verdaderas joyas del patrimonio cultural cubano. Gracias a generosas donaciones de particulares y músicos, el museo ha logrado formar un acervo invaluable que incluye desde instrumentos folclóricos y partituras, hasta máquinas musicales y documentos históricos.
La institución cuenta actualmente con diez salas de exposiciones, cinco de ellas permanentes y cinco transitorias. Entre las exposiciones más destacadas se encuentra la sala dedicada a los Instrumentos Mecánicos, donde los visitantes pueden explorar la evolución de la tecnología sonora a través de objetos como cajas de música, fonógrafos y pianolas. También merece especial mención la sala de Instrumentos Afrocubanos, que exhibe los instrumentos asociados a los cultos religiosos de origen africano que fueron adoptados y transformados en la isla. Otra sala importante es la de Conjuntos Instrumentales Cubanos, que se enfoca en los conjuntos musicales de finales del siglo XIX y principios del XX, una etapa clave en la formación de la identidad sonora cubana.
Además, el museo cuenta con una sala dedicada a la Organología, donde se agrupan instrumentos folclóricos de diferentes regiones del mundo, así como la Sala de Ambientación, que alberga piezas de gran valor artístico, como objetos pertenecientes al influyente músico y pedagogo holandés-cubano Hubert de Blanck.
A lo largo de sus 54 años, el Museo Nacional de la Música ha cumplido una labor esencial en la preservación y promoción del patrimonio musical cubano. Cada una de sus salas es un reflejo de la diversidad cultural y sonora que ha caracterizado a la isla, convirtiendo a esta institución en un espacio imprescindible para quienes desean comprender la historia de la música en Cuba.